La selección mexicana femenil sub-20 terminó su participación en la Copa del Mundo cayendo ante España en los cuartos de final, un camino complicado que comenzó con el despido de su entrenadora Maribel Domínguez señalada de acosar a algunas jugadoras.
La llamada Marigol se defendió de las acusaciones en entrevista para Milenio asegurando que mancharon su nombre y nunca hizo nada de lo que le señalaron en medios de comunicación y redes sociales.
La investigación que realizó la Femexfut no encontró evidencia de acoso por lo que cerró el caso diciendo que la destitución se dio por “falta de liderazgo y conductas inapropiadas” sin explicar qué conductas se refiere y que evidentemente se especuló eran temas de acoso.
La entrenadora dio la cara y aseguró que le quitaron todo por lo que había trabajado, empezando por el Mundial que es un proceso que llevaba cuatro años cocinando y la bajaron de último momento y finalmente manchar su nombre e imagen, algo que siempre se ganó con esfuerzo y trabajo.
Aunque sí reconoció que su preparador físico tenía ciertas conductas que no le parecían apropiadas, sin embargo lo conversó con la psicóloga del equipo, se elaboró un reporte y no volvieron a preguntarle nada sobre el tema.
Lo que demuestra el caso de Maribel Domínguez es la corrupción que impera en la selección mexicana en todos sus niveles, pues la entrenadora también aseguró que le quisieron imponer a Silvana Flores, hermana de Marcelo y eso también le costó el puesto.
Es increíble que no haya acercamiento de los directivos con una entrenadora que finalmente dejaron sola, sin apoyo y por suposiciones o juego político que solo afecta el desarrollo del futbol femenil que siempre da la cara por México pese al poco apoyo recibido.
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