La única cosa peor que la forma en la que han apestado los Lakers (que teniendo una nómina y unas expectativas inmensas todo se haya derrumbado) es que las Finales de la NBA tendrán a dos equipos archirrivales de los Lakers.
Empecemos con los Celtics. Incluso desde antes de la época de la rivalidad Magic vs Bird, ya los odiábamos. Dominaban por completo a Jerry West y a Wilt Chamberalian, pero aún más importante, tienen exactamente 17 campeonatos de la NBA, justo los mismos que los Lakers.
Así que después de todos estos años siguiéndolos de cerca, finalmente los alcanzamos, ¿y solo para verlos cómo se alejan nuevamente? Especialmente después de pagarle $44 millones a Russell Westbrook que terminó cayéndose a pedazos y después de eso despedir a nuestro entrenador? No, gracias.
Ahora vayamos con los Warriors. Ellos son un equipo del Bay Area, ya con eso es suficiente, y nosotros odiamos a cualquier equipo de la Bahía por igual. El año pasado, los Dodgers sacaron a los Giants de los playoffs, los Rams sacaron a los 49ers… ¿y ahora los Warriors van a ganar uno?
Y no olvidemos que LA ha tenido una racha muy buena. Tanto los Dodgers como los Lakers ganaron todo en el 2020 y los Rams lo hicieron en 2022.
Sobre todo, queremos que esos campeonatos sigan llegando a LA, pero si no llegan, entonces necesitamos que, ese año, alguien menos objetable tome nuestro lugar.
El año pasado, Milwaukee era alguien tolerable. Dallas o Miami estarían bien.
Artículo traducido por Ana Lucía Toledo
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