No sé si lo han notado, pero algunos managers de la MLB realmente pueden comportarse como niños chiquitos cuando las cosas no salen como ellos querían. No sé si es porque son hombres hechos y derechos utilizando uniformes que realmente no deberían …
No sé si lo han notado, pero algunos managers de la MLB realmente pueden comportarse como niños chiquitos cuando las cosas no salen como ellos querían. No sé si es porque son hombres hechos y derechos utilizando uniformes que realmente no deberían usar, pero algo está haciendo que , últimamente, algunos managers se comporten verdaderamente inmaduros.
El mes pasado, el skipper de los Padres, Bob Melvin, se enojó mucho cuando los Giants siguieron jugando beisbol de la forma correcta a pesar de que llevaban una gran ventaja. Melvin se molestó porque estaban robándose las bases y bateando con toques de bola en un partido que se seguía jugando, algo que la verdad fue completamente infantil y muy tonto enojarse por eso. Si no puedes frenar al otro equipo de que te siga ganando es culpa tuya y de tu equipo. No les toca a ellos dejar de intentarlo simplemente porque se sintieron mal por ti, no puedes ser así de bobo, Sr. Melvin. Te viste muy mal.
Hablando de verse mal….
Ayer tuvimos a otro manager actuando de forma infantil, pero en esta ocasión fue una completa idiotez. El manager de los Rangers Chris Woodward estaba súper dolido después de que su equipo perdiera contra los Yankees y culpó al homerun de salida de Gleyber Torres. Él dijo: “Esa es algo fácil de hacer en el 99% de los estadios de beisbol… tuvo la suerte de conectarlo en un estadio de ligas pequeñas y de mandarlo al campo derecho”.
¿¡Puede ser más triste!?
No puedes ser un entrenador profesional de un deporte profesional y decir cosas patéticas después de perder. Simplemente no se puede. Todo el respeto que pierdes por tan solo decir algo como esto es apabullante. ¿Echarle la culpa al tamaño de un estadio por un homerun? ¡Fuera de aquí con esas cosas!
Ah, e internet fue muy rápido en resaltar algo: el homerun de Gleyber viajó 369 pies y hubiera sido un homerun en 26 de los 30 estadios de la MLB.
Así que nada de esto te hizo quedar bien, Sr. Woodward.
No debería sorprendernos que Woodward sea tan bobo, sobre todo porque recuerden que el año pasado se enojó cuando la estrella de los Padres, Fernando Tatis Jr., tuvo la osadía de anotar un grand slam en un picheo 3-0 cuando San Diego iba ganando 14-3 en la octava entrada.
A nadie sorprendió que Woodward, después de ese homerun, sacara a colación las “reglas no escritas” porque obvio lo tenía que hacer.
Entendemos que perder partidos puede ser difícil, especialmente cuando pierdes uno con un homerun de salida, pero hay mejores formas de manejar esas derrotas que lloriquear sobre las dimensiones del campo.
Eso es simplemente patético.
Y vergonzoso.
Artículo traducido por Ana Lucía Toledo
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