La pelota se manchó, la brutalidad de las imágenes vistas en Querétaro solo dejaron evidencia de lo corrompida que está la Liga MX, pues a casi 72 horas de los incidentes, no hay ningún detenido.
A Mikel Arriola le estalló una bomba en las manos debido a la negligencia por años de sus antecesores, que han visto el tema de la violencia superficialmente, sin trabajar en la raíz.
Como cada que un escándalo similar envuelve al futbol mexicano, el tema de las barras sale a la luz, ahora son malas y hay que erradicarlas. El día de ayer la Rebel, barra de los Pumas, fue tendencia en México y ni siquiera jugó su equipo, un grupo de animación que en los últimos años solo ha dado muestras brillantes de aliento a los colores, sin sangre.
Mañana se sabrá más del futuro de las barras en el futbol mexicano, pero medidas absurdas y unilaterales como ‘erradicarlas de las tribunas’ o ‘impedir el ingreso de visitantes a los estadios’ no solucionan nada, no es trabajar en la raíz.
Medidas que debería adoptar la FMF contra la violencia pero no se atreven