David Beckham ha sido fuertemente criticado en redes sociales por la campaña en la que participó para promover Qatar como un destino turístico.
Amnistía Internacional reclamó que Beckham debería de utilizar su imagen para visualizar las injusticias sociales que se sufren en el país de Medio Oriente. Específicamente la institución criticó la falta de tolerancia ante la comunidad LGBTQ+, así como las condiciones laborales inhumanas de trabajadores extranjeros que han contratado para trabajar en instalaciones mundialistas.
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Se estima que Beckham recibió un pago de 10 millones de libras (11,5 millones de dólares) a cambio de prestar su imagen para el comercial.
Sin duda Amnistía Internacional tiene razón en estar indignada en las condiciones sociales de Qatar. Entendemos también que pidan a Beckham que use su imagen para mejores causas, sin embargo ¿dónde está la presión en contra de la FIFA?
Una y otra vez se ha criticado la decisión de FIFA de realizar el mundial en un país con tantas limitaciones en cuanto a derechos humanos. La FIFA inicialmente prometió que empujaría a que Qatar cambie sus leyes en pro del bienestar común. Sin embargo la presión ha sido mínima, así como los cambios sociales.
FIFA merece recibir mínimo tantas críticas como Beckham y no porque nos emocione el mundial debería de parar los reclamos a la institución.
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