Estupenda exhibición de México en su segunda gira europea, con dos triunfos ante rivales asiáticos de gran nivel como Corea del Sur y Japón, algo que por supuesto ilusiona a la afición del Tricolor.
Pero aunque el marcador refleje un 2-0 final, lo cierto es que las cosas no fueron sencillas para el equipo del Tata Martino que mostró dos caras diferentes, una en el primer tiempo y otra en la parte complementaria.
La primera mitad Japón exhibió las carencias defensivas del equipo mexicano, los nipones jugaron muy bien y si no es por Ochoa se hubieran ido al frente en el marcador pues el guardameta del América sacó al menos dos claras de gol.
La neblina llegó y el Tri tuvo claridad
El partido disputado en el UPC-Arena de la ciudad de Graz en Austria tuvo un factor muy curioso para el desarrollo del partido y es que en la segunda mitad, en la hora local y muy propio de la época, la neblina comenzó a bajar al terreno de juego de manera silenciosa pero importante.
Fue en ese momento de neblina cuando el Tri mostró claridad en su futbol, los cambios le volvieron a funcionar al técnico nacional que ingresó a Édson Álvarez y se le vio mucho mejor que contra Corea, el Tri recuperó la pelota y a partir de ahí empezó a construir su futbol.
Primero Jiménez que marcó gol en tres de los cuatro partidos en Europa, está enrachado y con fortuna. Luego el Chucky tras un gran pase de Henry Martin que ingresó de cambio para habilitar al delantero del Napoli que definió frente al portero de manera correcta con un contragolpe letal cuando ya era muy difícil tener visibilidad de las acciones.